Sobre nosotros
Somos personas que han decidido plantar una bellota para que mañana alguien pueda descansar a la sombra de un roble.
Somos católicos que han mirado a su alrededor y han visto la necesidad de reconstruir una sociedad centrada en Cristo, único Camino, Verdad y Vida.
Somos personas que creemos que hay que trabajar, más que hablar, pero que antes hay que rezar, vivir los Sacramentos con la frecuencia y la fe adecuadas, porque “En vano trabajan los albañiles si el Señor no construye su casa“.
Nosotros, como la Madre Teresa de Calcuta, nos sentimos como pequeños lápices en las manos del Señor y queremos dejarnos guiar por Su mano, porque es Él quien piensa, es Él quien escribe, es Él quien dibuja.
Creemos en la Doctrina Social de la Iglesia y en que la aplicación de sus principios es necesaria para crear una sociedad más justa.
Creemos que ha llegado el momento de construir una red de comunidades locales, arraigadas en el territorio, injertadas en las parroquias, estrechamente conectadas con las comunidades religiosas, una red al servicio de Dios y del Hombre, para restaurar la Esperanza Cristiana en laeconomía, educación, sanidad, arte, cultura y todas las dimensiones de las que la Ética Cristiana ha sido expulsada en las últimas décadas. Una red de pequeñas luces que llevan la única verdad que es Cristo.
Nuestro lema no es muy original, pero no podríamos expresar mejor cuál es nuestra idea: ora et labora, reza y trabaja, encomiéndate a Dios y deja que Él, a través de ti, reconstruya esta humanidad rota y cure esta sociedad gravemente enferma.
Nos ponemos al servicio de un humanismo cristiano, cuyo corazón está en la Encarnación. Veneramos a María Santísima como nuestra madre celestial y nos consagramos a ella en esta obra de evangelización.
Tenemos una visión muy clara de la sociedad que queremos construir, y pasarán años antes de que se haga realidad, si Dios quiere. Pero esto no nos asusta. Conscientes, como hemos dicho, de que estamos plantando una bellota. A la sombra de ese roble, probablemente no podremos descansar, pero, de nuevo, ¿cuántas sombras de roble hemos disfrutado porque alguien plantó la bellota mucho antes que nosotros? Así que, como decía el abuelo del Peregrino Ruso: “Demos gracias a Dios y recémosle más a menudo“.
Que el Señor nos bendiga, nos preserve de todo mal y nos conduzca a la vida eterna. Amen
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